Tip de Seguridad # 13 - Asado de Seguridad
No conozco a nadie que use anteojos de seguridad para hacer asados ni que se haya lastimado por una chispa del fuego, ¿es justificativo para no usarlos? no; ¿y cuál es el sentido de buscar una justificación para no usar algo? Si los usara, me dirían que soy un ridículo hasta que se pongan de moda, si es que alguna vez eso ocurre. Nos hacemos llamar profesionales pero hasta la resistencia al cambio y el miedo a la burla nos frena de actuar más seguros. ¿Qué diríamos cuando nos pase algo? ¿Qué ganamos con actuar “más valientes” a costas de lastimarnos? ¿Qué sería lo verdaderamente valiente en este caso?
En 2013, el argentino Carlos López, director de la Escuela Argentina de Parrilleros y dueño del restaurante Checho, publicó el premiado “El Libro - Descubra los Secretos de la Parrilla Argentina”, en donde aconseja usar anteojos de seguridad[1]. Que ésta sea la única referencia argentina que encontré al respecto puede que sea la razón por la que nunca he visto a nadie usarlos. Alerta de spoiler: también sugiere guantes anticorte. La Asociación Americana de Oftalmología, por su parte, recomienda usar protección ocular cuando se cocina con grasa o aceite caliente[2]. Por otro lado, el diario La Última Noticia de Chile menciona a las lesiones oculares por chispa como una accidente común durante las fiesta de independencia chilena del 18 de Septiembre[3]. La Universidad de Oxford fue más allá y en un estudio involucrando a medio millón de chinos concluyó que cocinar con combustibles sólidos, como leña o carbón, aumenta considerablemente el riesgo de cataratas, conjuntivitis, y trastornos de la esclerótica, córnea, iris y cuerpo ciliar, principalmente relacionado a la emisión y exposición a material particulado fino (PM2,5[4]) y monóxido de carbono[5]. No indica con qué frecuencia se debe cocinar con combustibles sólidos para ser víctimas de estas estadísticas (es decir, el parrillero de Siga La Vaca estará más expuesto que yo que hago un asado cada dos meses), pero el estudio sí recomienda usar combustibles más limpios para el asado, como el gas natural o la electricidad; y éste sería un cambio cultural quizás más resistente que el uso de anteojos, aunque no menos acertado. Muy curiosamente, y como gran dato de color, desde el 2014 las autoridades chilenas piden a los ciudadanos de Santiago de Chile que no hagan asado durante los partidos de su selección para evitar un incremento en la contaminación atmosférica[6]. Debido a la geografía de Santiago de Chile, rodeada de montañas, el aire tiene muy poca renovación[7], lo cual genera que la simultaneidad de asados tenga un impacto visible en la calidad de aire.
La realidad es que si hacer un fuego para asado fuera una tarea laboral, muy probablemente el lineamiento corporativo indicaría obligatoriedad de usar anteojos de seguridad, y las empresas lo harían cumplir.
A veces quienes toman mayores recaudos en una actividad particular son quienes han tenido algún accidente en esa actividad. Quien ha tenido un accidente no tiene más chances de volver a tenerlo, tiene las mismas, pero la diferencia es que tiene más miedo, o no quiere volver a sufrir las consecuencias del accidente. Voy a contar dos casos al respecto. El primero es sobre un amigo que jugando al fútbol se le cortó una paleta (o diente incisivo frontal superior) por la patada de un defensor del mismo equipo; problemas de comunicación despejando una pelota. A partir de ese hecho empezó a usar protector bucal para jugar al fútbol. ¿Era exagerado? Las respuestas a mis preguntas respecto a usar anteojos de seguridad durante el asado son las mismas que para mi amigo respecto a usar protector bucal: ¿alguien usa protector bucal para jugar al fútbol? No. ¿Conoce a alguien que se le haya cortado un diente jugando al fútbol además de él? No. Pero no dudaba en usar el protector bucal. No es que creyera que el resto tenía que usarlo, él lo necesitaba para jugar tranquilo, para que su mente esté enfocada enteramente en el juego y no en el miedo a que le vuelva a ocurrir. El segundo tiene que ver con el surfista australiano Owen Wright, cuya situación es muy común en surfistas que se han golpeado la cabeza. Owen estaba surfeando en la famosa playa hawaiana Pipeline, en donde olas de hasta 4 metros rompen a centímetros de un arrecife de coral, es decir, de una superficie dura y con puntas cortantes. La historia termina como ya deben suponer: un golpe en la cabeza casi acaba con su vida de surfista pues lo dejó por varios años con problemas neurológicos que le impedían pensar y hablar con claridad, menos aún surfear competitivamente. Su historia de recuperación es inspiradora pues volvió a competir, ganar torneos, y hasta ganó la medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de Tokyo 2020/1. Pero es también una historia común entre surfistas que usan casco en olas grandes que rompen sobre arrecife: empezaron a usarlo después de un accidente. Análogamente, los procedimientos industriales siempre se actualizan y nuevas medidas de seguridad se toman luego de accidentes o incidentes. Pero en el caso del surf, el uso del casco no se ha estandarizado y es propio de una minoría.
El periodista de surf Alexander Haro escribió una nota al respecto [8], en las cual se mencionan muchos aspectos que se asemejan a las dificultades de implementar cambios en seguridad, o cualquier otro ámbito, y se hace preguntas similares: ¿por qué no es más normal ver surfistas usando cascos? ¿por qué su uso no está aceptado en la cultura del surf? El hawaiano Mason Ho cuenta que, si bien recomienda usar casco en olas como Pipeline, él no usa porque sus héroes no lo hacían. Una muestra de la ambivalencia en la que vive el ser humano, entre la cultura (las costumbres y tradiciones) y la razón; lo cual tiene un nombre: el efecto Semmelweis [9].
¿En que queda mi pregunta original? ¿Es exagerado usar anteojos de seguridad mientras hago el fuego del asado? Un lineamiento muy común utilizado en proyectos de ingeniería dice que la mejor alternativa es aquella que puede implementarse con un costo y/o demora razonable [Handbook of Environmental Engineering Assessment]. Hay un concepto que es recurrente en varios de mis tips: el esfuerzo adicional de usar los anteojos de seguridad es mínimo, especialmente si nos acostumbramos a usarlos, entonces aún siendo bajo el riesgo de chispas en los ojos, ¿por qué no implementarlo?
Creo que mi dilema quedará sin responder. Si no uso anteojos de seguridad mientras hago el fuego del asado, ¿estoy siendo víctima del efecto Semmelweis?
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