Tip de Seguridad # 4 - Accidentes Culinarios
Hace poco me pasaron un video por WhatsApp de accidentes culinarios. Por suerte no eran accidentes donde las personas se lastimaban, sino donde se desperdiciaba la comida; como cuando se cae al suelo un cerdo o pescado asado, listo para comer, en el trayecto de la parrilla a la mesa, o notar que el alimento ha sido completamente carbonizado una vez retirada la tapa del recipiente donde está siendo cocinado (suele ocurrir cuando las brasas o fuego se colocan sobre la tapa o alrededor del balde de metal invertido que cubre al animal, sin posibilidad de chequear el avance de la cocción). A mí personalmente una vez se me cayó una pizza recién hecha para 3 amigos, y recuerdo la sensación de decepción; por suerte tengo buenos amigos.
Hago un paréntesis para comentar que para tips de seguridad en el trabajo he usado videos que me llegaron por WhatsApp; recomiendo a todos aprovecharlos como material.
¿Qué podemos aprender de este video?
Uno. En cuanto al desarrollo de un proyecto, es de común conocimiento que cuanto mejor sea su preparación, es decir la etapa de diseño, menores serán los percances o menores serán los costos o demoras en corregir los desvíos; pero este conocimiento no siempre es llevado a la práctica. Otra forma en la que lo explican los project managers es que el tiempo que nos ahorramos en la etapa de diseño del proyecto en detrimento de una buena preparación para el mismo, repercute en una demora en su ejecución equivalente al doble del tiempo “ahorrado”, con su costo asociado. En el caso de los accidentes culinarios, no haber considerado adecuadamente la manipulación o transporte de los alimentos hizo echar a perder horas de cocción y expectativa, y sabemos cuánto eso vale cuando tenemos varios comensales hambrientos e ilusionados.
Dos. Independientemente de la vasta experiencia que puedan tener los líderes del proyecto, nunca (nunca nunca) está demás hacer cálculos (es decir, estimaciones) o simulaciones (es decir, cálculos más avanzados) para verificar que lo que se vaya a construir/hacer/cocinar va a funcionar como se espera. He sido testigo que la prueba y error es a veces un método preferido sobre cálculos. Este segundo tip no sólo aplica a la operación del proyecto terminado, sino también a los métodos de ejecución del proyecto (la operación es comer en la mesa, y la ejecución la cocción). Personalmente suelo cocinar bastante “a ojo”, pero chequeo bastante seguido la cocción de los alimentos. Si bien cuando abrimos el horno o la olla se pierde calor, prefiero hacerlo a que la comida quede incomible.
Tres. No es recomendable reducir costos en tecnología cuando ésta es indispensable para lograr el objetivo del proyecto, especialmente cuando no es posible hacer una estimación cuantitativa de resultados, como se mencionó en el punto dos. Nadie calcula ecuaciones cuando va a cocinar, ni siquiera en la serie Big Bang Theory, pero para evitar que se nos queme la comida la tecnología a utilizar sería una tapa vidriada que nos permite monitorear el avance de la cocción (horno u ollas), un reloj con alarma que nos indique el tiempo exacto de cocción, o un cuchillo o escarbadientes que sumergimos en un budín o brownie, entre otros. O simplemente revisar cada cierta cantidad de minutos el estado de la cocción, y asumir el costo de la energía perdida (como se mencionó en el punto 2). También es tecnología tener un procedimiento, cruzar experiencia con otros que hayan hecho algo parecido, o asignar roles claros (¡como quien verificar el tiempo de cocción o trae el vino!). En un contexto industrial podríamos agregar una alarma por alta temperatura de la comida, o un sistema automático de corte de suministro de energía (gas o electricidad) cuando la temperatura llegue a cierto valor, o definir una temperatura y que el horno automáticamente entrega la energía requerida.
La cocina salió en todos los tips cotidianos hasta el momento. La cuarentena nos ha hecho a muchos más cocineros, y espero que más conscientes de sus riesgos también!
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